“Ni yo ni otro
ninguno puede recorrer este camino en tu lugar; Tú, sólo tú, debes recorrerlo
no es largo, está a tu alcance; Quizá, sin percatarte, te hallas en él desde
que naciste; quizá está en todas partes, en el mar y en la tierra.” Hojas de hierba
“Al comenzar mis estudios, el primer paso me
agradó tanto, el mero hecho de la conciencia, estas formas, el poder del
movimiento, el último insecto o animal, los sentidos, la vista, el amor; el
primer paso, como digo, me sobrecogió, agradándome tanto que apenas he avanzado
algo y apenas he deseado continuar. Casi prefiero detenerme y vagar para
siempre, con el fin de cantarlo en canciones extáticas.” Hojas de hierba
“De mí, hacia ti, alegres serenatas, danzas
propongo para saludarte, ornamentos y festines para ti, Y los espectáculos del
paisaje descubiertos, y el alto y dilatado cielo que te corresponden, Y la vida
y los campos, y la inmensa y meditabunda noche. La noche silenciosa bajo innúmeras
estrellas, Las riberas del océano y la bronca ola murmurante cuya voz yo
conozco, Y el alma volviéndose a ti, ¡Oh, muerte! Inmensa y bien velada, Y el
cuerpo cobijándose con reconocimiento, cerca de ti. Por encima de las copas de
los árboles, yo hago flotar hacia ti un cántico Por encima de las olas que
suben y bajan, por encima de miríadas de campos y de amplias praderas, Por
encima de ciudades apretujadas, y los muelles y los ferrocarriles hirviendo
multitudes, Yo hago flotar con alegría hacia ti ¡Oh, muerte!” Hojas de hierba
“Las batallas se pierden con el mismo espíritu
con que se ganan.” Hojas de hierba
“¿Eres la nueva persona atraída por mí? Para
comenzar te prevengo: yo soy, sin duda, harto diferente de lo que tú supones;
¿Supones que has encontrado en mí tu ideal? ¿Crees que es fácil convertirme en
tu amante? ¿Crees que mi amistad ha de ser una pura satisfacción? ¿Crees que yo
soy fiel y veraz? ¿No ves nada más detrás de esta fachada, de estas mis maneras
suaves y tolerantes? ¿Supones que avanzo por un terreno firme hacia el
verdadero hombre heroico? ¿No sospechas, ¡Ah, soñador! Que todo esto pueda ser
quizás una ilusión?” Hojas de hierba
“Yo he dicho que el alma no es más que el
cuerpo, Y he dicho que el cuerpo no es más que el alma; Y que nada, ni siquiera
Dios, es más grande para cualquiera que una partícula de sí mismo, Y que
cualquiera que marche un kilómetro sin simpatía, avanza hacia sus funerales
cubierto con su mortaja, Y que tú o yo, sin un céntimo en el bolsillo, podemos
adquirir lo mejor que en la tierra existe, Y que mirar con un solo ojo o
mostrar una habichuela en su vaina confunde la sabiduría de todos los tiempos,
Y que no existe trabajo o empleo que, siguiéndolo un hombre joven, a la postre
no lo convierta en un héroe, Y que no hay objeto, por frágil que sea, que no
sirva de eje para la rueda del universo, Y yo le digo a todo hombre y a toda
mujer: que tu alma se mantenga serena y tranquila ante un millón de universos.”
Hojas de hierba
“¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso
viaje ha concluido, El barco ha sorteado todos los escollos, el precio que
pedimos lo hemos ganado, El puerto está a la vista, escucho las campanas, todo
el mundo se exulta, Mientras que las miradas siguen la firme carena, el
valiente y audaz navío. Pero, ¡Oh corazón, corazón! ¡Oh, las sangrientas gotas
rojas, Allí sobre el puente donde yace mi capitán, Tendido, helado y muerto.
¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! Levántate y escucha las campanas; Levántate; para ti
la bandera se ha izado; para ti el clarín resuena...” Hojas de hierba
“Lo que satisface el alma es la verdad.”
“Ahora conozco
el secreto de hacer la mejor persona: crecer bajo el aire abierto y comer y
dormir con la tierra.”
“Si llego a mi destino ahora mismo, lo aceptaré
con alegría, y si no llego hasta que transcurran diez millones de años,
esperaré alegremente también.” Hojas de hierba
“A mi juicio, el mejor gobierno es el que deja a la gente en paz.”
“La vida es lo poco que nos sobra de la muerte.”
“Me celebro y me canto.” Hojas de
hierba
“Para mí, cada hora del día y la noche, es un indescriptible y
perfecto milagro.”
“Si algo es sagrado, ése es el cuerpo humano.”
Hojas de hierba
“Lo más común, vulgar, próximo y simple, eso soy yo.”
“Creo en la carne y en los apetitos, ver, oír, tocar... ¡Cuántos
milagros! Y cada parte de mi ser es un milagro.”
“Cíñete a mí, noche del seno desnudo; cíñete a mí, ¡noche ardiente y
nutricia!”
“Mira tan lejos como puedas, hay espacio ilimitado allá, cuenta
tantas horas como puedas, hay tiempo ilimitado antes y después.”
“El vaho de mi propio aliento; Ecos, ondas,
susurros, raíces del amor, filamentos de seda, los caprichosos sarmientos y la
vid; Mi respiración y mi inspiración, el latido de mi corazón, el paso de mi
sangre y del aire a través de mis pulmones; El aroma de las verdes hojas y el
de las hojas secas, y el de la ribera, y el oscuro color de las rocas marinas y
el del heno en el henil; El sonido de las palabras musitadas por mi voz,
palabras arrojadas a los remolinos del viento; Unos suaves besos, unos cuantos
abrazos, un ceñir de brazos; El juego de luces y de sombras entre la arboleda
cuando la brisa la balancea; La deleitosa soledad, ya en medio del bullicio
callejero, ya en la inmensidad de los campos y en las laderas de los montes; La
sensación de la salud, los trinos bajo la luna llena, la canción de mi
despertar en el lecho encontrándome con el sol. ¿Has contado alguna vez mil
acres? ¿No has calculado que toda la tierra era mucho? ¿Has empleado tanto tiempo
para aprender a leer? ¿Te has sentido orgulloso al desentrañar el sentido de
los poemas?” Hojas de hierba
“El pasado y el presente se desvanecen los he
colmado, los he vaciado, Y, para el futuro, me apresto a llenar mi próxima
cuna.” Hojas de hierba
“Desde los ríos acorralados que padecen, Desde
esta parte de mí mismo sin la cual yo nada sería, Desde lo que yo estoy
decidido a tornar ilustre, aunque me encuentre solo entre los hombres, Desde mi
propia voz resonante, cantando al falo, Cantando el himno de la procreación,
Cantando la necesidad de niños soberbios y, por lo mismo, de soberbios adultos,
Cantando el impulso del músculo y la fusión en el abrazo, Cantando el himno del
compañero de lecho ( ¡Oh, el irresistible anhelo! ) ¡Oh, para todos y para cada
uno la recíproca atracción del cuerpo! Oh, para ti, quienquiera que seas, tu
cuerpo recíproco! ¡Oh, este cuerpo, más que todo el resto, objeto de tu propia
delectación!” Hojas de hierba
“A ti, que no has nacido aún, te dirijo estos
cantos. Cuando leas esto, yo que ahora soy visible, me habré vuelto invisible,
entonces tú serás compacto, visible, y realizarás mis poemas, volviéndote hacia
mí, imaginando cuán dichoso sería yo si pudiese estar contigo y ser tu
camarada: haz como si yo estuviera contigo (no lo dudes mucho, porque yo estoy
ahora contigo).” Hojas de hierba