martes, 19 de marzo de 2013

LA IMPORTANCIA DE ANDALUCIA EN LA CREACION DE EL QUIJOTE.


 


Sergio Crespo
Licenciado en Periodismo, Universidad de Sevilla.
Nació en Barcelona en 1972

Autores de la literatura europea como Shakespeare o Moliere son mucho más conocidos que sus propias obras, mientras que Cervantes lleva 400 años tratando de sobrevivir al Quijote.

La literatura española cuenta con un autor fantástico, como es Cervantes, y que sin embargo ha sucumbido a su propia obra.  El año en que se celebró el IV Centenario del Quijote, se hizo un homenaje a la obra y no a su autor, se olvidó por completo. Don Quijote y Sancho, a pesar de ser personajes ficticios, son mucho más famosos que Cervantes, que existió realmente.
 
Gracias a su estancia en Andalucía, el autor pudo crear “El Quijote”. Cuando uno habla de Cervantes, rápidamente le vienen a la cabeza Alcalá de Henares y la Mancha, pero fue en la región andaluza donde adquirió el sustrato fundamental para escribir lo que escribió. Esa relación hasta ahora ha sido ignorada y realmente fue muy importante.

Todas las cosas que le ocurren al Quijote son sucesos que le pasaron a Cervantes en Andalucía o que tuvieron lugar a su alrededor y sin ese entorno y su estancia en la Cárcel Real de Sevilla, la obra no habría existido. Si Cervantes hubiera permanecido en Esquivias, pueblo de su esposa, habría llevado una vida apacible y no hubiera escrito esa obra tan maravillosa que es “El Quijote”.

Con respecto a la relación que el autor manchego mantuvo con Sevilla, tras pasar algunos años de su adolescencia en la ciudad hispalense, volvió durante la década de 1580 para convertirla en su centro neurálgico de acción como recaudador de impuestos, pues Sevilla era la Nueva York de la época, contaba con 150.000 habitantes procedentes de todo el mundo y era la sede central de la recaudación.
 
Cervantes comenzó a escribir “El Quijote” durante su estancia en la Cárcel Real de Sevilla en 1597, que era un lugar abominable en el que se hacinaban 2.000 personas y donde abundaban la miseria y los asesinatos. Fue en ese mundo de depravación e inhumanidad, en ese magma de brutalidad, donde comenzó a escribir dicha obra.

La idea de escribir “El Quijote” le rondaba por la cabeza desde hacía tiempo, pero no comenzó a escribir la obra hasta que no estuvo en la cárcel. Sus vivencias como recaudador de impuestos fueron fundamentales para crear dicha obra, pues al viajar por toda Andalucía conoció gente de todo tipo.

Cervantes fue un personaje odiado, extraño y muy estricto en su trabajo, un perdedor absoluto, pues pasó toda su vida persiguiendo metas que no llegó a alcanzar. La única meta que alcanzó fue la creación de “El Quijote”".

ENCARCELAMIENTO DE CERVANTES.


 
"Cervantes en la cárcel" 1989, óleo sobre lienzo 150 x 170 cm.
Obra de Ilyas Phaizulline, pintor y dibujante ruso
 
 
En 1587, Cervantes viaja a Andalucía como comisario de provisiones de la Armada Invencible. Durante los años como comisario, recorre una y otra vez el camino que va desde Madrid a Andalucía, pasando por Toledo y La Mancha (actual Ciudad Real). Ese es el itinerario de Rinconete y Cortadillo, una de sus Novelas Ejemplares.

Se establece en Sevilla, primero como proveedor de las galeras reales, y posteriormente, a partir de 1594, como recaudador de impuestos atrasados (tercias y alcabalas), empleos ambos que le acarrearán numerosos problemas y disputas puesto que era el encargado de ir casa por casa recaudando impuestos, que en su mayoría iban destinados para cubrir las guerras en las que estaba inmiscuida España. Es encarcelado en 1597 en la Cárcel Real de Sevilla, tras la quiebra del banco donde depositaba la recaudación. Supuestamente Cervantes se había apropiado de dinero público y sería descubierto tras ser encontradas varias irregularidades en las cuentas que llevaba.

En la cárcel «engendra» Don Quijote de la Mancha, según el prólogo a esta obra. No se sabe si con ese término quiso decir que comenzó a escribirlo mientras estaba preso o, simplemente, que se le ocurrió la idea allí:

“Desocupado lector, sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir a la orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y así, ¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados por otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?” (Primer párrafo del Prólogo de Don Quijote)

El otro encarcelamiento documentado de Cervantes fue muy breve, en Castro del Río (Córdoba) en 1592. No consta que haya estado nunca en la cueva de Medrano, en Argamasilla de Alba. Desde 1604 se instala en Valladolid (por aquel entonces —desde 1601— Corte Real de Felipe III), y en 1605 publica la primera parte de su obra principal: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

Ello marcó el comienzo del realismo como estética literaria y creó el género literario de la novela moderna, la novela polifónica, de amplísimo influjo posterior, mediante el cultivo de lo que llamó «una escritura desatada» en la que el artista podía mostrarse «épico, lírico, trágico, cómico» en el crisol genuino de la parodia de todos los géneros.

La segunda parte no aparece hasta 1615: El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. Ambas obras le ganan un puesto en la historia de la literatura universal y convierten a su autor, junto con Dante Alighieri, William Shakespeare, Michel de Montaigne y Goethe en un autor canónico de la literatura occidental. Un año antes, aparece publicada una apócrifa continuación de Alonso Fernández de Avellaneda. Una novela escrita, al parecer, por un discípulo y amigo de Lope de Vega de origen aragonés o por un grupo de amigos de Lope.

POEMAS DE CERVANTES.


 

 

 
QUIJOTE I Capítulo XI
Antonio

-Yo sé, Olalla, que me adoras,
puesto que no me lo has dicho
ni aun con los ojos siquiera,
mudas lenguas de amoríos.
Porque sé que eres sabida,
en que me quieres me afirmo;
que nunca fue desdichado
amor que fue conocido.
Bien es verdad que tal vez,
Olalla, me has dado indicio
que tienes de bronce el alma
y el blanco pecho de risco.
Mas allá entre tus reproches
y honestísimos desvíos,
tal vez la esperanza muestra
la orilla de su vestido.
Abalánzase al señuelo
mi fe, que nunca ha podido,
ni menguar por no llamado,
ni crecer por escogido.
Si el amor es cortesía,
de la que tienes colijo
que el fin de mis esperanzas
ha de ser cual imagino.
Y si son servicios parte
de hacer un pecho benigno,
algunos de los que he hecho
fortalecen mi partido.
Porque si has mirado en ello,
más de una vez habrás visto
que me he vestido en los lunes
lo que me honraba el domingo.


 
 
Como el amor y la gala
andan un mismo camino,
en todo tiempo a tus ojos
quise mostrarme pulido.
Dejo el bailar por tu causa,
ni las músicas te pinto
que has escuchado a deshoras
y al canto del gallo primo.No cuento las alabanzas
que de tu belleza he dicho;
que, aunque verdaderas, hacen
ser yo de algunas malquisto.
Teresa del Berrocal,
yo alabándote, me dijo:
''Tal piensa que adora a un ángel,
y viene a adorar a un simio;
merced a los muchos dijes
y a los cabellos postizos,
y a hipócritas hermosuras,
que engañan al Amor mismo''.
Desmentíla y enojóse;
volvió por ella su primo:
desafióme, y ya sabes
lo que yo hice y él hizo.
No te quiero yo a montón,
ni te pretendo y te sirvo
por lo de barraganía;
que más bueno es mi designio.
Coyundas tiene la Iglesia
que son lazadas de sirgo;
pon tú el cuello en la gamella;
verás como pongo el mío.
Donde no, desde aquí juro,
por el santo más bendito,
de no salir destas sierras
sino para capuchino.

 
Soneto de el Monicongo, académico de
la Argamasilla, a la sepultura de don Quijote.

Epitafio

El calvatrueno que adornó a la Mancha
de más despojos que Jasón decreta;
el jüicio que tuvo la veleta
aguda donde fuera mejor ancha,

el brazo que su fuerza tanto ensancha,
que llegó del Catay hasta Gaeta,
la musa más horrenda y más discreta
que grabó versos en la broncínea plancha,

el que a cola dejó los Amadises,
y en muy poquito a Galaores tuvo,
estribando en su amor y bizarría,

el que hizo callar los Belianises,
aquel que en Rocinante errando anduvo,
yace debajo de esta losa fría.
 
Del Paniaguado, académico de la Argamasilla,
In laudem Dulcinæ del Toboso

Esta que veis de rostro amondongado,
alta de pechos y ademán brioso,
es Dulcinea, reina del Toboso,
de quien fue el gran Quijote aficionado.

Pisó por ella el uno y otro lado
de la gran Sierra Negra, y el famoso
campo de Montïel, hasta el herboso
llano de Aranjüez, a pie y cansado.

Culpa de Rocinante, ¡oh dura estrella!,
que esta manchega dama, y este invito
andante caballero, en tiernos años,

ella dejó, muriendo, de ser bella;
y él, aunque queda en mármoles escrito,
no pudo huir de amor, iras y engaños.

 
Redondillas al hábito de Fray Pedro de Padilla

Hoy el famoso Padilla
con las muestras de su celo
causa contento en el cielo
y en la tierra maravilla,

porque, llevado del cebo
de amor, temor y consejo,
se despoja el hombre viejo
para vestirse de nuevo.

Cual prudente sierpe ha sido,
pues, con nuevo corazón,
en la piedra de Simón
se deja el viejo vestido,

y esta mudanza que hace
lleva tan cierto compás
que en ella asiste lo más
de cuanto a Dios satisface.

Con las obras y la fe
hoy para el cielo se embarca
en mejor jarciada barca
que la que libró a Noé;

y, para hacer tal pasaje,
ha muchos años que ha hecho,
con sano y cristiano pecho,
cristiano matalotaje,

y no teme el mal tempero
ni anegarse en el profundo
porque en el mar de este mundo
es práctico marinero,

y así, mirando el aguja
divina, cual se requiere,
si el demonio a orza diere,
él dará al instante a puja.


 
 
Y llevando este concierto
con las ondas de este mar,
a la fin vendrá a parar
a seguro y dulce puerto,

donde, sin áncoras ya,
estará la nave en calma
con la eternidad del alma,
que nunca se acabará.

En una verdad me fundo,
y mi ingenio aquí no yerra,
que en siendo sal de la tierra,
habéis de ser luz del mundo:

luz de gracia rodeada
que alumbre nuestro horizonte,
y sobre el Carmelo monte
fuerte ciudad levantada.

Para alcanzar el trofeo
De estas santas profecías,
tendréis el carro de Elías
con el manto de Eliseo,

y, ardiendo en amor divino,
donde nuestro bien se fragua,
apartando el manto al agua,
por el fuego haréis camino;

porque el voto de humildad
promete segura alteza
y castidad y pobreza,
bienes de divinidad,

y así los cielos serenos
verán, cuando acabarás,
un cortesano allá más
y en la tierra un sabio menos.
 
Diálogo entre Babieca y Rocinante

B. ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
R. Porque nunca se come, y se trabaja.
B. Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?
R. No me deja mi amo ni un bocado.

B. Andá, señor, que estáis muy mal criado,
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
R. Asno se es de la cuna a la mortaja.
¿Queréislo ver? Miraldo enamorado.



 
B. ¿Es necedad amar? R. No es gran prudencia.
B. Metafísico estáis. R. Es que no como.
B. Quejaos del escudero. R. No es bastante.

¿Cómo me he de quejar en mi dolencia,
si el amo y escudero o mayordomo
son tan rocines como Rocinante?

 
Soneto de Solisdán a don Quijote de la Mancha

Maguer, (1) señor Quijote, que sandeces
vos (2) tengan el cerbelo (3) derrumbado,
nunca seréis de alguno reprochado
por home (4) de obras viles y soeces.

Serán vuesas (5) fazañas (6) los joeces (7),
pues tuertos (8) desfaciendo (9) habéis andado,
siendo vegadas (10) mil apaleado
por follones (11) cautivos y raheces (12).

Y si la vuesa linda Dulcinea
desaguisado contra vos comete,
ni a vuesas cuitas muestra buen talante,

en tal desmán, vueso conorte (13) sea
que Sancho Panza fue mal alcagüete (14),
necio él, dura ella, y vos no amante.

 
 
 
Este soneto está escrito en lenguaje arcaizante, a imitación del de los libros de caballerías de la época: (1) aunque
(2) os
(3) cerebro
(4) hombre
(5) vuestras
(6) hazañas
(7) jueces
(8) injusticias
(9) deshaciendo
(10) veces
(11) maleantes
(12) viles
(13) consuelo
(14) alcahuete.
 
A Fray Pedro de Padilla

Cual vemos que renueva
el águila real la vieja y parda
pluma y con otra nueva
la detenida y tarda
pereza arroja y con subido vuelo
rompe las nubes y se llega al cielo:
tal, famoso Padilla,
has sacudido tus humanas plumas,
porque con maravilla
intentes y presumas
llegar con nuevo vuelo al alto asiento
donde aspiran las alas de tu intento.
Del sol el rayo ardiente
alza del duro rostro de la tierra,
con virtud excelente,
la humildad que en sí encierra,
la cual después, en lluvia convertida,
alegra al suelo y da a los hombres vida:
y de esta misma suerte
el sol divino te regala y toca
y en tal humor convierte
que, con tu pluma, apoca
la sequedad de la ignorancia nuestra
y a ciencia santa y santa vida adiestra.
¡Qué santo trueco y cambio:
por las humanas, las divinas musas!
¡Qué interés y recambio!
¡Qué nuevos modos usas
de adquirir en el suelo una memoria
que dé fama a tu nombre, al alma gloria!;
que, pues es tu Parnaso
el monte del Calvario y son tus fuentes
de Aganipe y Pegaso
las sagradas corrientes
de las benditas llagas del Cordero,
eterno nombre de tu nombre espero.

 
De "El amante Liberal"

Como cuando el sol asoma
por una montaña baja
y de súpito nos toma,
y con su vista nos doma
nuestra vista y la relaja;
como la piedra balaja,
que no consiente carcoma,
tal es el tu rostro, Aja,
dura lanza de Mahoma,
que las mis entrañas raja.


De "La ilustre fregona"

Salga la hermosa Argüello,
moza una vez, y no más;
y, haciendo una reverencia,
dé dos pasos hacia atrás.
De la mano la arrebate
el que llaman Barrabás:
andaluz mozo de mulas,
canónigo del Compás.
De las dos mozas gallegas
que en esta posada están,
salga la más carigorda
en cuerpo y sin delantal.
Engarráfela Torote,
y todos cuatro a la par,
con mudanzas y meneos,
den principio a un contrapás.


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ESCRITO ENTRE REJAS.


 
PARA TRABAJAR EN EL TALLER.

0)    Escrito entre rejas, las cartas carcelarias de San Pablo.

1)    Ubicar en el mapa de España la ciudad natal de Cervantes y otras de su residencia.

2)    Observar la ruta del Quijote en el mapa.

3)    Leer y comentar los textos.

4)    Analizar los poemas cervantinos y las técnicas utilizadas.

5)    Escribir una redondilla (Combinación métrica de cuatro octosílabos en que conciertan los versos primero y cuarto, segundo y tercero: A-B-B-A)

 

 

MOTIVACIÓN.

ESCRITO ENTRE REJAS

 

“8 Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, / 9 en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa. / 10 Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. / 11 Palabra fiel es esta:

Si somos muertos con él, también viviremos con él;

12 Si sufrimos, también reinaremos con él;

Si le negáremos, él también nos negará.

13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel;

El no puede negarse a sí mismo.”
2 Timoteo 2:8-13
 

El escritor de esta carta es el Apóstol Pablo, quien escribe desde la cárcel, en Roma, a su discípulo Timoteo y utiliza probablemente como inspiración una estrofa de algún himno de esa época.

El apóstol Pablo fue responsable por el esparcimiento del cristianismo a lo largo del Imperio Romano. Él hizo tres viajes misioneros por gran parte del mundo mediterráneo, predicando incansablemente el evangelio que él en un tiempo buscó destruir. Después de regresar a Jerusalén llevando una ofrenda para los necesitados de la iglesia de esa ciudad, fue falsamente acusado por algunos judíos, salvajemente golpeado por una multitud enfurecida y arrestado por los romanos. Aunque las autoridades romanas –Félix, Festo y Herodes Agripa–no  lo encontraron culpable de algún crimen, la presión de los líderes judíos mantuvo a Pablo bajo la custodia romana. Después de dos años, el apóstol usó el derecho como ciudadano romano de apelar su caso a César. Después de un turbulento viaje, incluida tormenta y naufragio, llegó a Roma. Eventualmente soltado por un breve período de ministerio, fue arrestado una vez más y murió como un mártir en Roma alrededor del 65 a 67 d.C.

Durante el primer encarcelamiento de Pablo en Roma, entre el inicio del año 60 d.C y el final de 61 d.C., cerca del cuartel de la Guardia Pretoriana en un cuarto arrendado por su propia cuenta, él escribió las siguientes epístolas: Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón.

Pablo anticipa su liberación en Filemón 22: Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido. Después de su liberación hizo viajes misioneros, escribió la Primera Epístola a Timoteo y la Epístola a Tito. Fue detenido de nuevo y, llevado a Roma, escribió la Segunda Epístola a Timoteo. Allí fue decapitado por las autoridades romanas.

Estas cartas o epístolas escritas por San Pablo desde la cárcel, son llamadas “epístolas carcelarias”.

En el mundo secular también ha habido innumerables textos literarios nacidos entre rejas, como los de Fedor Dostoievski, Miguel Hernández, Bertrand Russell, Óscar Wilde, Álvaro Mutis, Adolf Hitler, Malcom X y muchos más. Pero hoy veremos al más importante en la lengua castellana, don Miguel de Cervantes Saavedra.