Sergio Crespo
Licenciado en Periodismo,
Universidad de Sevilla.
Nació
en Barcelona en 1972
Autores
de la literatura europea como Shakespeare o Moliere son mucho más conocidos que
sus propias obras, mientras que Cervantes lleva 400 años tratando de sobrevivir
al Quijote.
La
literatura española cuenta con un autor fantástico, como es Cervantes, y que
sin embargo ha sucumbido a su propia obra.
El año en que se celebró el IV Centenario del Quijote, se hizo un
homenaje a la obra y no a su autor, se olvidó por completo. Don Quijote y
Sancho, a pesar de ser personajes ficticios, son mucho más famosos que
Cervantes, que existió realmente.
Gracias
a su estancia en Andalucía, el autor pudo crear “El Quijote”. Cuando uno habla
de Cervantes, rápidamente le vienen a la cabeza Alcalá de Henares y la Mancha,
pero fue en la región andaluza donde adquirió el sustrato fundamental para
escribir lo que escribió. Esa relación hasta ahora ha sido ignorada y realmente
fue muy importante.
Todas
las cosas que le ocurren al Quijote son sucesos que le pasaron a Cervantes en
Andalucía o que tuvieron lugar a su alrededor y sin ese entorno y su estancia
en la Cárcel Real de Sevilla, la obra no habría existido. Si Cervantes hubiera
permanecido en Esquivias, pueblo de su esposa, habría
llevado una vida apacible y no hubiera escrito esa obra tan maravillosa que es
“El Quijote”.
Con
respecto a la relación que el autor manchego mantuvo
con Sevilla, tras pasar algunos años de su adolescencia en la ciudad
hispalense, volvió durante la década de 1580 para convertirla en su centro neurálgico
de acción como recaudador de impuestos, pues Sevilla
era la Nueva York de la época, contaba con 150.000 habitantes procedentes de
todo el mundo y era la sede central de la recaudación.
Cervantes
comenzó a escribir “El Quijote” durante su estancia en la Cárcel Real de
Sevilla en 1597, que era un lugar abominable en el que se hacinaban 2.000
personas y donde abundaban la miseria y los asesinatos. Fue en ese mundo de
depravación e inhumanidad, en ese magma de brutalidad, donde comenzó a escribir
dicha obra.
La
idea de escribir “El Quijote” le rondaba por la cabeza desde hacía tiempo, pero
no comenzó a escribir la obra hasta que no estuvo en la
cárcel. Sus vivencias como recaudador de impuestos fueron fundamentales para
crear dicha obra, pues al viajar por toda Andalucía conoció gente de todo tipo.
Cervantes
fue un personaje odiado, extraño y muy estricto en su trabajo, un perdedor
absoluto, pues pasó toda su vida persiguiendo metas que no llegó a alcanzar. La
única meta que alcanzó fue la creación de “El Quijote”".