El Romanticismo literario en España
tuvo uno de sus polos fundamentales en Andalucía, con autores como el Duque de
Rivas, José Cadalso y Gustavo Adolfo
Béquer.
POEMAS DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
RIMA VI
Como
la brisa que la sangre orea
sobre el oscuro campo de batalla, cargada de perfumes y armonías en el silencio de la noche vaga,
Símbolo
del dolor y la ternura,
del bardo inglés en el horrible drama, la dulce Ofelia, la razón perdida, cogiendo flores y cantando pasa.
RIMA XXI
—¿Qué
es poesía?, dices, mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul, ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú.
RIMA XXX
Asomaba
a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.
Yo
voy por un camino; ella, por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?
RIMA XXXVI
Si
de nuestros agravios en un libro
se escribiese la historia, y se borrase en nuestras almas cuanto se borrase en sus hojas.
¡Te
quiero tanto aún! ¡Dejó en mi pecho
tu amor huellas tan hondas, que sólo con que tú borrases una, las borraba yo todas!
RIMA XLVII
Yo
me he asomado a las profundas simas
de la tierra y del cielo, y les he visto el fin o con los ojos o con el pensamiento.
Mas
¡ay!, de un corazón llegué al abismo
y me incliné un momento, y mi alma y mis ojos se turbaron: ¡Tan hondo era y tan negro! |
RIMA XXXVIII
Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán. Pero aquéllas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquéllas que aprendieron nuestros nombres... ésas... ¡no volverán! Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar y otra vez a la tarde aún más hermosas sus flores se abrirán. Pero aquellas cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día... ésas... ¡no volverán! Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar, tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará. Pero mudo y absorto y de rodillas como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido... desengáñate, nadie así te amará.
RIMA XLIII
Dejé
la luz a un lado, y en el borde
de la revuelta cama me senté, mudo, sombrío, la pupila inmóvil clavada en la pared.
¿Qué
tiempo estuve así? No sé; al dejarme
la embriaguez horrible del dolor, expiraba la luz y en mis balcones reía al sol.
Ni
sé tampoco en tan horribles horas
en qué pensaba o qué pasó por mí; sólo recuerdo que lloré y maldije, y que en aquella noche envejecí. |
GUSTAVO
ADOLFO BÉCQUER
(Gustavo Adolfo Domínguez Bastida;
Sevilla, 1836-Madrid, 1870) Poeta español. Hijo y hermano de pintores, quedó
huérfano a los diez años y vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla,
donde estudió humanidades y pintura.
En 1854 se trasladó a Madrid, con la
intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió; su
ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de España fue
un fracaso, y sólo consiguió publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir
hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro
extranjero, principalmente del francés, en colaboración con su amigo Luis
García Luna, adoptando ambos el seudónimo de «Adolfo García».
Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos biógrafos se decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de sus Rimas, aunque durante mucho tiempo se creyó erróneamente que se trataba de Elisa Guillén, con quien el poeta habría mantenido relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que habría inspirado las composiciones más amargas del poeta.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta
Esteban, hija de un médico, con la que tuvo tres hijos. El matrimonio nunca fue
feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la compañía de su hermano
Valeriano en las escapadas de éste a Toledo para pintar.
La etapa más fructífera de su carrera
fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la mayor parte de sus Leyendas,
escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias a una mujer,
donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una temporada que pasó en
el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto
de hermosas descripciones paisajísticas.
Económicamente las cosas mejoraron
para el poeta a partir de 1866, en que obtuvo el empleo de censor oficial de
novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y concentrarse en
sus Leyendas y sus Rimas, publicadas en parte en El museo
universal. Pero con la revolución de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su
esposa lo abandonó ese mismo año.
Se trasladó entonces a Toledo con su
hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir el manuscrito de las Rimas,
cuyo primer original había desaparecido cuando su casa fue saqueada durante la
revolución septembrina. De nuevo en Madrid, fue nombrado director de la revista
La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como dibujante.
El fallecimiento de éste, en
septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al poeta, quien, presintiendo
su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales para que
se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del
de Valeriano.
PARA TRABAJAR EN EL TALLER.
0)
Palabras
bíblicas de motivación.1) Estudio del tema.
2) Lectura de poemas de Gustavo Adolfo Bécquer.
3) Recortar los versos del poema “Volverán las oscuras golondrinas…”; doblarlos y sacar uno al azar cada integrante del taller.
4) Escribir un poema a partir del verso escogido al azar.
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