MOTIVACIÓN.
Sólo
en dos oportunidades se refiere la Biblia a la rosa. En Cantares 2:1 “Yo soy la rosa de Sarón, Y el lirio de los valles.” Y en Isaías 35:1 “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá
como la rosa.” Aunque el
nombre de la flor se ha traducido como “rosa”, no corresponde exactamente a la
flor que nosotros conocemos con ese nombre, sino a una flor silvestre que crece
en el desierto, una especie de narciso de colores pálidos. La palabra hebrea
que se traduce como “rosa” es chabatstseleth,
que significa “azafrán”, “azafrán de pradera” o “narciso”. En cuanto al lirio de los
valles, en Israel, existen lirios silvestres y son en su mayoría de color
amarillo o rojo.
La rosa y el lirio son flores hermosas. En
verdad todas las flores son bellas a los ojos humanos y más atractivas a los
insectos. La flor es el órgano reproductor de la planta. En ella fecundará el
fruto que proveerá semilla para la continuidad de la especie. Las flores
alegran y dan vida a un paisaje, por árido que sea; las flores nos animan no
sólo por su color sino también por sus aromas, de los cuales se hacen perfumes.
Incluso se ha descubierto que los olores pueden tener poderes curativos al
inhalarlos; de allí se ha creado la Aromaterapia. De modo que la flor en la
Biblia, en este caso la rosa y el lirio, es rica en significados.
Dice Cantares 2:1 “Yo soy la rosa de Sarón, Y el lirio de los valles.” Hay una discusión
teológica sobre quién es el hablante en este verso, si Salomón o la sulamita.
Pensamos que estas palabras no las pronuncia el rey sino la doncella. Si las
hubiese dicho el rey, serían difíciles de interpretar. Si fueran las palabras
del rey, no tendría sentido que luego dijera en el versículo siguiente que la
doncella es un lirio: “2 Como el lirio
entre los espinos, Así es mi amiga entre las doncellas.” “El Sarón” es un
llano, y la “rosa” puede considerarse
una especie de lirio, una planta silvestre de la tierra de Judea. El lirio de
los valles es común y sencillo. Es “el
lirio de los valles” y no “el lirio del florero”. No es el hombre quien la
cuida sino Dios. La doncella reconoce que ella es la rosa de Sarón y el lirio
de los valles, porque el rey la elogia. Ella se menciona a sí misma como una
rosa del desierto y un lirio de los valles. Esto significa que ella no tiene
valor en sí misma, no es más que una persona común a la que Dios cuida.
¿Qué enseñanza podemos obtener de este
verso? Qué nosotros, aún siendo flores silvestres, hombres y mujeres comunes y
pecadores, somos muy amados por el Señor. Él nos cuida como un Padre a sus
pequeñitos. Además Él nos ha vestido con bellos dones espirituales y nos da la
capacidad de multiplicarnos en nuevos cristianos.
Esta interpretación no niega la
contraria, que la rosa de Sarón y el lirio de los valles sea Jesucristo, el
Señor, que ha florecido en el desierto de esta vida para salvar a la Humanidad.
Isaías 35:1 anunció
siete siglos antes del nacimiento de Jesucristo: “Se alegrarán el desierto y
la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa.”
También
este texto puede tener una doble interpretación. La primera venida de Jesucristo
a la Tierra trajo un florecimiento espiritual en la Humanidad, que hubo de
comprender el valor del amor y el perdón. Así nacieron muchos sentimientos de
solidaridad hacia los desposeídos, enfermos y personas en situación de
privación. Jesús trajo alegría, amistad
divina y florecimiento espiritual.
Pero
también está hablando de su segunda venida, el regreso de Jesús. Éste es
anunciado por esta primera señal: el florecimiento del desierto. El profeta
prevé tanto la transformación física del desierto en un lugar agradable como la
introducción espiritual de grandes bendiciones que prometen vida eterna entre
las naciones que no conocieron a Jesucristo ni Su expiación. “Se alegrarán” se
refiere a los refugiados de la opresión, recogidos de las tribus dispersadas de
Israel, que transformarían el desierto de Israel.
¿Qué
enseñanza podemos obtener de este versículo? Basados en el cumplimiento de la
primera interpretación de la profecía, podemos esperar con fe la realización de
la segunda, cuando Cristo venga a poner orden en nuestra Tierra tan
vilipendiada.
El
poema que transcribimos a continuación forma
parte de la lírica situada dentro del periodo de cultura del siglo
XVII es decir el Barroco. Góngora fue el creador
de la poesía culterana. Una preocupación
constante en el barroco es el tema del tiempo y la fugacidad de
la vida.
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lucida,
y para no ser nada estás lozana?
Si te engañó su hermosura vana,
bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.
Cuando te corte la robusta mano,
ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.
No salgas, que te aguarda algún tirano;
dilata tu nacer para tu vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.
PARA TRABAJAR EN EL TALLER.
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Palabras
de motivación: Rosas bíblicas.1) Analice el poema “A una Rosa”.
2) Estudio del tema Luis de Góngora y Argote.
3) Lectura de poemas de Góngora
4) Rueda de lecturas de poemas propios.
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